7 de junio: Se conmemora el nacimiento en La Habana, en el año 1812, de Antonio Bachiller y Morales, fallecido igualmente en esta ciudad el 10 de enero de 1889. Cursó estudios en el Real y Conciliar Colegio Seminario de San Carlos y San Ambrosio y en la Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo, donde se graduó de Bachiller en Leyes en 1832, de licenciado en Derecho Canónico en 1837 y de Civil en 1838. Al año siguiente se tituló de abogado en la Audiencia de Puerto Príncipe (actual Camagüey). Ocupó responsabilidades docentes en la propia universidad y de director en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Desempeñó cargos en la Caja de Ahorros, Descuentos y Depósitos y en el Ayuntamiento de la capital. Fue un intelectual con una amplia formación cultural. Mostró vastos saberes literarios, filológicos, históricos, antropológicos, económicos y agrícolas. De ahí que se destacara en la sección de literatura del Liceo Artístico y Literario y en la secretaría y secciones de educación y agricultura de la Sociedad Económica de Amigos del País, compartiendo funciones con el filósofo y pedagogo José de la Luz y Caballero y asumiendo la cátedra de economía política. De igual manera, llegó a ser miembro de la Sociedad Antropológica. Se caracterizó por realizar un intenso periodismo en la prensa habanera y publicar libros suyos y traducciones al español. Se le considera Padre de la Bibliografía Cubana en reconocimiento a tan erudita actividad. Obtuvo méritos significativos en los años 1856 y 1881 con la publicación en La Habana del libro Prontuario de Agricultura para el uso de los labradores y hacendados, en que ofrece el más completo conocimiento sobre las plantas, el ganado y las prácticas de cultivo y cría existente en los alrededores de la capital con el propósito de potenciar una economía abastecedora de ese mercado. En los comienzos de la Guerra de Independencia en 1868 se radicó en los Estados Unidos de América a causa de la violenta represión política en la capital contra los infidentes del colonialismo español. En la nación norteña mantuvo su labor intelectual, la cual continuó a su regreso en La Habana después de terminada la contienda en 1878. En esta guerra perdió a su hijo independentista.
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