Entre los días del 13 al 18 de septiembre 1895 se desarrolló Jimaguayú, Camagüey, la Asamblea que dotó a la Guerra de 1895 de su primera carta magna.
La falta de unidad que había dado al traste con la aspiración independentista durante la contienda de 1868 y teniendo en cuenta que solo parte del territorio se encontraba en guerra y era necesario adoptar una estrategia para extender la lucha a toda la isla, se convocó la asamblea; en ella estarían representados todos los territorios del país y el objetivo fundamental estaría enfocado a lograr la unidad de todas las fuerzas insurrectas bajo la dirección de un gobierno mambí y ordenar legalmente al Estado Nacional en armas.
Durante la reunión se presentaros tres posibles proyectos acerca de la organización de la República en Armas, que iban desde un mando centralizado hasta otra con total independencia de poderes. Finalmente fue tenido en cuenta el proyecto presentado por Fermín Valdés Domínguez y Enrique Loynaz del Castillo, que influidos por el pensamiento martiano, abogaban la separación de funciones y el otorgamiento de amplias facultades tanto para el gobierno como para el ejército, los cuales no debían interferir entre sin interferencia recíproca.
El 16 de septiembre quedaría firmada la Carta magna en Jimaguayú con un articulado que ratificaba solemnemente la separación de Cuba de la monarquía española y su constitución como Estado libre o independiente con Gobierno propio por autoridad suprema con el nombre de República de Cuba. 16 artículos recogían la organización del gobierno y la forma en que funcionaría, una vez organizado este el día 18 de septiembre se procedió al nombramiento de las personas designadas para ocupar los cargos.
El Archivo Nacional de la República de Cuba exhibe hoy con orgullo, como de sus documentos más valiosos, el original de la Constitución de Jimaguayú, escrita de puño y letra de Enrique Loynaz del Castillo y con la firma de los constituyentistas participantes.
Dra. Yolanda Díaz Martínez
Investigadora Titular
Un comentarios
Hecho de trascendencia historica para Cuba y que perdura documentalmente entre los tesoros que conserva en esta fecha el Archivo Nacional de la República de Cuba.Felicidades por su artículo.