Aprobación de la Enmienda Platt, 12 de junio 1901.
La intromisión militar norteamericana al final de la Guerra de Independencia de 1895, significó la frustración del derecho de los cubanos a su independencia. El Tratado de París, del 10 de diciembre de 1898, así lo ratificó. No obstante, con anterioridad y a fin de garantizar su dominio sobre la Isla, las autoridades estadounidenses ya habían desplegado su estrategia intervencionista en el ámbito económico. De igual forma, implementaron otros mecanismos de dominación, entre los que se encuentran las relaciones diplomáticas, la instrucción escolar, la urbanización, la salud e higiene, y la reorganización institucional del país, entre otros. Sin embargo, la Enmienda Platt, como mecanismo legal, sería fundamental en la constricción de la soberanía y autodeterminación de Cuba.
El 25 de febrero de 1901 el senador Orville Platt presentó, y se aprobó en el Comité de Asuntos Cubanos del senado estadounidense, una enmienda a la Ley de Gastos del Ejército, ratificada por ese cuerpo legislativo el 27 del propio mes. La Cámara de Representantes la aprobó el 2 de marzo y el presidente William McKinley la rubricó el día 3.
La enmienda contenía 8 artículos que abarcaban aspectos como: el establecimiento de prohibiciones en las relaciones que Cuba establecería con gobiernos extranjeros, la imposibilidad de contraer deudas superiores a su capacidad de pago, la concesión del derecho a la intervención militar norteamericana cuando se vieran afectados sus intereses en la Isla y la convalidación de todos sus actos. Además, dispuso la obligatoriedad de atención a la sanidad para proteger el comercio y la población estadounidenses, la omisión de la Isla de Pinos del territorio cubano, y el derecho de compra y arrendamiento de tierras en Cuba para establecer estaciones navales y carboneras. Por último, y no menos importante, se impuso el establecimiento de un Tratado Permanente con los Estados Unidos de América.

Enmienda Platt
En esencia, la Enmienda Platt otorgó prerrogativas políticas, económicas, legales y territoriales muy importantes para el gobierno norteamericano en nuestro país. Semejante situación se complejizó bajo la condición de que, en caso de no ser aprobada e incluida en el texto de la primera Constitución de la República, continuaría indefinidamente la intervención militar. Esta realidad suscitó manifestaciones de protesta de la población cubana, y dividió el voto de los asambleístas comisionados para deliberar su aprobación o rechazo.
La segunda y última votación sobre la Enmienda se realizó el 12 de junio de 1901, bajo fuertes presiones norteamericanas, resultando aprobado el apéndice constitucional por 16 votos a favor y 11 en contra. Estuvo vigente hasta 1934, año en el que se firmó, el 29 de mayo, un nuevo tratado para regular las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba en el contexto de su “Política del Buen Vecino”.
Aún no hay comentarios