El 30 de julio de 1957, la historia de Cuba fue marcada por la sangre generosa de dos jóvenes revolucionarios: Frank País García y Raúl Pujols Arencibia. Asesinados por los esbirros de la dictadura batistiana en las calles de Santiago de Cuba, sus muertes conmocionaron a la nación y encendieron aún más la llama de la rebeldía popular.

Frank País, líder del movimiento clandestino del 26 de Julio en Oriente, se había convertido en una figura clave en la articulación de la lucha urbana. Su integridad, claridad política y valentía lo situaron como un referente ineludible de la causa revolucionaria.

A raíz de su asesinato, el pueblo de Santiago se lanzó espontáneamente a las calles en una de las manifestaciones más multitudinarias contra la dictadura. Desde entonces, el 30 de julio fue consagrado como el Día de los Mártires de la Revolución, en tributo no solo a Frank y Raúl, sino a todos los cubanos y cubanas que ofrecieron su vida por la libertad del país.

Desde nuestra institución, recordamos con profunda admiración y respeto a estos mártires, reafirmando nuestro compromiso con la defensa de la soberanía, la justicia social y la memoria histórica de nuestra nación.

Frank País y Raúl Pujols: sus nombres viven en la historia y en el corazón de Cuba.

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