Nacido en Estados Uni¬dos, Henry Reeve, el Inglesito, llegó a Cuba para incorpo¬rarse a la Guerra de los Diez Años. Los conocimientos militares adquiridos en la Guerra Civil norteamericana, unidos a su valentía y decisión le merecen ser designado Ayudante de Ignacio Agramonte.
De temperamento inquieto, unido a su capacidad militar, inteligencia, arrojo, y abnegación le hicieron merecedor de la absoluta confianza de Ignacio Agramonte y el resto de la oficialidad camagüeyana que siempre lo respetó; Ramón Roa, después de las heroicas acciones de la Batalla de Las Guásimas le dedicó, en honor a su destacada participación, el poema La Carga.
Pero también ese valor dio lugar a que, en ocasiones, el Inglesito no midiera los riesgos de sus actos y se lanzara sobre las trincheras enemigas, por lo que varias veces resultó herido, en una de ellas, la toma de Santa Cruz del Sur, en septiembre de 1873, se arrojó sobre la boca de un cañón para impedir que continuara disparando, el español que estaba al frente le disparó a quemarropa con su carabina, ocasionándole a Reeve una herida que lo mantuvo alejado durante varios meses del campo de batalla y de manera definitiva le inutilizó la pierna derecha. Sin embargo, no se amilanó y para caminar adaptó a su pierna un aparato metálico a modo de prótesis e ideó un correaje que lo mantuviera firme en la cabalgadura, del resto se encargaría el Reeve mambí.
Ascendido a Coronel en 1873 se le encomienda la dirección de la caballería camagüeyana. Con la invasión a Las Villas en 1875 Gómez lo designa jefe de las unidades del Camagüey.
Estando Reeve desplegando una importante campaña entre los territorios de Colón y Cienfuegos, el día 4 de agosto de 1876 conoce que en las cercanías de Yaguaramas se encuentra el enemigo y rápidamente se prepara para la acción, pero desconoce la superioridad en hombres de este, cuestión que hace que el combate sea desigual y ante el peligro de ser envueltos por la fuerza adversaria, dispone la retirada que él mismo cubre con apenas quince hombres. En su intento recibe tres impactos de bala y ante la perspectiva de ser apresado, se dispara la última bala de su revólver en la sien derecha.
Dra. Yolanda Díaz Martínez
Investigadora titular
Archivo Nacional de la República de Cuba
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